lunes, 12 de enero de 2009

El cielo de mi habitación
no es siempre blanco
y sin embargo
mis ojos siempre son marrones.

De pequeña
quería tener los ojos verdes
y mi madre me decía
que lo importante es cómo miran,
entonces yo me reflejaba en los suyos,
porque brillaban,
(supongo que era eso a lo que se refería)

de pequeña quise ser pintora,
pero pintora
de vidas.

Colorear los segundos
dibujar los instantes,
los lugares...
maquillar los labios de sonrisas
y llenar de brillo las pupilas.

El cielo de mi habitación
no es siempre blanco
porque mis ojos marrones
lo dibujan de recuerdos
y lo llenan de colores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eResS InCrEIbLe....(L) te quiero!
eLiSa

Seguidores