miércoles, 24 de septiembre de 2008


Algunas mañanas me despierto con la sensación de no recordar lo vivido en la noche anterior, y otras me despierto creyendo que he pasado la noche entera a tu lado, y te busco pero no estás. Porque cada noche creo ver tu reflejo tras la ventana de mi habitación. Eres como un puñado de polvo que al acercarme se esfuma, como el humo, como el viento. como una bola de helado a treinta grados. Eres agua, y cada mañana me despierto empapada, en sudor, en lágrimas. eres azul, mar, y me revuelves en tus malditas olas. Cuento las horas para volver a verte tras la ventana de mi habitación, pero solo aparece tu holograma. Eres arena, suave, entre mis dedos. pétalo, algodón. de azúcar. aire, y te respiro. Te respiro poco a poco, y tu piel me huele a vida. Aliento, lento sobre tus escamas y suspiros. Mil suspiros y mil latidos. ¿Lo oyes? Mi corazón no tiene freno, y cae cuesta abajo con los ojos vendados de sentimientos, y tu pones cuidado por si podría atropellarte. Matarte. Matarte como me matan tus ojos, celestes, porque tu eres celeste. cielo. A veces también eras tigre, y alguna que otra me asustaste, ya no, ya probé de la medicina de tus besos, y me quedé en gata, y si te descuidas puedo arañarte, aunque yo no tenga uñas de gata ni tu tengas la piel rayada como los tigres.

foto: benalmádena_junio´08 desde "apartamentos Tamarindos"

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