lunes, 25 de agosto de 2008

Noches De Alcohol Y Lágrimas




Aquella noche esperada,
pensábamos que nuestra felicidad era eterna.
Estábamos pletóricas, sonrientes, nos sentíamos únicas
e irrompibles.

Pero por un momento todo lo vimos gris y nublado
húmedo
borroso.

No me gusta mirar entre lágrimas,
y esa noche nadie consiguió desempañar nuestras pupilas.
Ni parabrisas apuestos, ni paños dispuestos.

Nuestros corazones palpitaban
al son de la música,
y creíamos,
que también al ritmo de su corazón.

Hasta que sin querer,
nuestro compás silencioso
perdió la compostura
y cayó al suelo,
lo pisaron,
y se hizo pedazos.

Y aunque otros muchos seres
lo intentaron arreglar
con tiritas de besos,
caricias de curar
calor
y mantas de abrazos,
creo que sólo el tiempo
el temido tiempo,
el tic tac,
lo podrá remendar.




miércoles trece de agosto del dosmilocho

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