Soplé
y
todo se hizo
globo.
Me agarré
fuerte y
rocé las nubes.
Entonces
descubrí
su suavidad y
tu ternura
en aquél
refugio de
tus brazos
soñé
quedarme
siempre
imaginé
colocar ladrillo
contra ladrillo
allí en
las alturas
y
sin techo.
deshojé
cada botón
de mi alma
para
mostrarte su
desnudez
pero
llovió dentro
y caí
en picado
del precipicio
de tus
besos
quebrando
el golpe
mis ilusiones
y
deseos.
Alguien
me dijo
un día
cualquiera
que
un clavito
desatornillaba
otro.
Y
decidí
coser mi
cuerpo
con
el calor
que
impregnaban
sus manos.
En su calma
terminó mi
tormenta
pero
el
hilo rojo
ató mi
corazón
Y
te dejó
a ti
muy dentro.
Y
ahora
tengo miedo
a soplar
una vez más.
Así que
aprieto fuerte
diente
contra diente
y
pido
que acabe ya
este invierno.