martes, 16 de junio de 2009




Tú me agarrabas fuerte de la mano
en aquella cama blanca y sin vida
ya tenías los ojos cerrados
pero no me soltabas la mano
Yo notaba como poco a poco
entre lágrimas y silencios
dejabas de estar,
y yo te apretaba más fuerte aún
como si todavía fueses a reaccionar,
estoy a tu lado, te decía, sé que me estás escuchando.
No me iba a mover de esa maldita cama de hospital
en la que te vi por última vez
cuando ya tu mano se enfrió.
Ayer te volví a ver
y me volviste a agarrar fuerte de la mano
parece mentira pero te juro que me desperté llorando
por favor, no me sueltes nunca de la mano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y nunca te soltará, preciosa.

Marcus

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