
lo admito, estoy totalmente aterrorizada, creo que me da miedo “hacerme mayor”. Prometo que nunca dejaré de ser una niña en un cuerpo de mujer. Y seguiré saltando de charco en charco, y escapándome a escondidas a medianoche para jugar al escondite con la luna. No me gusta nada echar de menos a nadie pero mucho menos echar de más. Tampoco la sensación de que pasa el tiempo, y que cada uno empieza a construir su vida y a olvidarse de los que quedaron atrás. Yo simplemente intento agotar cada segundo como si fuese el último. Y admitir que nada será lo que era, pero por lo menos voy a intentar que algunas cosas se parezcan.
. . .